Los rodillos de acero rápido (HSS) presentan una excelente resistencia al desgaste, con una vida útil en las cajas de acabado de los laminadores en caliente de 3 a 6 veces mayor que la de los rodillos de hierro con alto contenido de cromo. Sin embargo, una distribución desigual de la temperatura en la superficie del rodillo puede provocar una expansión térmica no uniforme, lo que provoca el desprendimiento de la película de óxido y afecta negativamente la calidad de la superficie del producto. Para solucionar esto, optimizar la distribución del agua de refrigeración, en particular aumentando el flujo de agua hacia el centro del cuerpo del rodillo, ayuda a mantener un perfil de temperatura uniforme.
El sistema de lubricación de laminación en caliente forma una película protectora sobre la superficie de los rodillos HSS, lo que reduce la fuerza de laminación, preserva el estado de la superficie y evita que el óxido de hierro degrade su calidad. Para garantizar una lubricación eficaz, es necesario limpiar regularmente con vapor toda la tubería de lubricación.
El número de ciclos de laminación entre dos rectificados depende principalmente del estado de la película de óxido, la rugosidad superficial de los rodillos y la calidad del material laminado tras el desmontaje. Además, la proximidad a la caja de acabado influye: cuando la película de óxido y la rugosidad superficial se mantienen en buen estado, los rodillos de las cajas anteriores suelen poder utilizarse durante más ciclos que los de las cajas posteriores.
Si se produce una condición de funcionamiento anormal durante el laminado, puede provocar grietas térmicas graves, localizadas y de tipo malla, en la superficie del rodillo. En estos casos, el rodillo HSS debe reemplazarse inmediatamente. Tras el enfriamiento, se debe realizar la detección de grietas con un detector de defectos ultrasónico automático o portátil.
