La neutralidad de carbono tiene un impacto de largo alcance en la industria siderúrgica mundial, que puede reflejarse en cinco áreas principales: controlar la escala general de producción, ajustar la combinación energética, aumentar la inversión de capital, remodelar el comercio mundial del acero y aumentar los precios de los productos de acero.
En octubre de 2020, la Agencia Internacional de la Energía (AIE) publicó su Perspectiva Mundial de la Tecnología Energética 2020: Hoja de Ruta de la Tecnología del Acero. Según el escenario base (STEPS), se prevé que la demanda mundial de acero aumente un 40 %, de 1.850 millones de toneladas en 2019 a aproximadamente 2.550 millones de toneladas para 2050, de acuerdo con las políticas nacionales vigentes.
Para alcanzar el objetivo climático de 2,0 °C del Acuerdo de París, las emisiones directas globales de carbono de la industria siderúrgica deben reducirse en un 55 % para 2050, en comparación con los niveles de 2019.
Alcanzar este objetivo requerirá una inversión masiva. Según la hoja de ruta de la AIE, la transición a hornos de arco eléctrico, el aumento del uso de chatarra y la transformación de la estructura energética incrementarán significativamente los gastos de capital y los costos de producción.
El comercio internacional del acero también se enfrentará a mayores desafíos. Además de las barreras comerciales tradicionales, podrían surgir nuevas medidas comerciales «verdes», que podrían fragmentar los mercados globales e impulsar a los países hacia sistemas comerciales más regionalizados o autónomos.
Las demandas de compras ecológicas en etapas posteriores se intensifican. A medida que más industrias se migran a operaciones bajas en carbono, los compradores de acero, especialmente en sectores como el energético, el automotriz y la construcción, exigen «acero verde» para reducir la huella de carbono en toda la cadena de valor. Esto impone una nueva presión a los productores de acero para minimizar las emisiones de gases de efecto invernadero a lo largo del ciclo de vida del producto, incluyendo las etapas de producción, uso y fin de vida útil.
Para alinearse con los objetivos del Acuerdo de París, los principales países productores de acero y organismos industriales han publicado planes de descarbonización:
- Industria siderúrgica europea: pretende reducir las emisiones de carbono en un 30% para 2030 (en comparación con 2018) y entre un 80% y un 95% para 2050 (en comparación con 1990).
- Federación Japonesa del Hierro y el Acero: tiene como objetivo reducir en un 30% las emisiones de carbono provenientes de la fabricación de hierro para 2050 y aspira a lograr una producción de «acero con cero carbono» para 2100.
- Industria siderúrgica de Corea del Sur: planea reducir las emisiones de carbono de 135,7 millones de toneladas a 127,1 millones de toneladas para 2030.