Fuentes de hidrógeno
Las principales vías por las que el hidrógeno puede entrar al acero líquido incluyen: Óxido en la superficie de la chatarra de acero (xFeO·yFe₃O₄·2H₂O); Hidrógeno presente en ferroaleaciones; Humedad contenida en carburadores, desoxidantes, materiales de acolchado, materiales de aislamiento, agentes de escoria (Ca(OH)₂), betún y alquitrán; Cucharones, artesas y tuberías de inyección sin secar; Recubrimientos en aerosol aplicados a lingotes; Filtraciones de agua de los moldes y humedad atmosférica que interactúan con el acero fundido o la escoria, disolviéndose posteriormente en el acero.
Formas de hidrógeno
En el acero, el hidrógeno existe principalmente en su forma atómica. A altas temperaturas, los átomos de hidrógeno se combinan fácilmente para formar moléculas de hidrógeno. Debido a su alta reactividad, el hidrógeno atómico tiende naturalmente a formar hidrógeno molecular, que se libera gradualmente.
Efectos del hidrógeno
Cuando el contenido de hidrógeno en el hierro fundido supera las 2 ppm, aumenta la probabilidad de porosidad, lo que a su vez provoca la fragilización del hierro. La fragilización por hidrógeno es especialmente frecuente en el acero martensítico, mientras que es menos significativa en el acero ferrítico. Además, la fragilización por hidrógeno tiende a intensificarse con el aumento de la dureza y el contenido de carbono.
Por el contrario, el hidrógeno puede mejorar la permeabilidad del acero pero también aumenta la coercitividad y la pérdida de hierro.